La pandemia de covid-19 no había terminado en el momento de escribir estas líneas. No obstante, la mayoría de los estados han adoptado un enfoque en el que tendremos que convivir con este virus mutante, aunque ello signifique ofrecer vacunas a quienes estén en riesgo y dispuestos a ello. Este es el comienzo de una reflexión sobre esta gran pandemia que se ha gestionado bastante mal. De hecho, aunque la crisis era mundial, soluciones como la vacunación seguían basándose en la lógica del mercado. Muchos países africanos y sudamericanos tardaron en curarse, lo que engrosó sus balances.
Entonces, ¿cuál sería la respuesta cuando llegara otra pandemia? La Agence Française de Développement organizó una mesa redonda en la que varios oradores expusieron sus puntos de vista sobre el tema. De estos debates, una cosa quedó clara: es hora de que los productos sanitarios pasen a formar parte del procomún mundial. Esta idea es aún más crucial en una crisis que está matando gente y afectando a tantos.
Lo difícil será que cambie la filosofía de países como Estados Unidos y la Unión Europea, que no quieren perjudicar a sus investigadores. Como los investigadores ya están mal pagados, la cuestión de la remuneración pública permitiría obligar a los laboratorios a participar en el bienestar global. Esto no impediría los cánones vinculados a las patentes, pero ya no podrían chantajear a los países que están en mala situación.