Los deportistas de élite hacen cualquier cosa por ser los mejores en su especialidad. Uno de los diversos medios utilizados es el entrenamiento de hipoventilación (hipoxia). Se trata de un método en el que el deportista se entrena alternando periodos de esfuerzo en los que la frecuencia respiratoria o el suministro de oxígeno es menor y momentos de respiración normal. Se utiliza sobre todo en deportes que requieren resistencia y regulación de la respiración, como la natación, el ciclismo o la carrera.
Para los especialistas en medicina deportiva, este enfoque plantea la siguiente pregunta: si mejora el rendimiento de los atletas, ¿qué efectos tendría la hipoventilación en determinadas enfermedades?
En la Universidad de Lausana se establecieron los primeros protocolos con personas que padecían hipertensión. Se les somete mediante una mascarilla (es decir, de forma pasiva) a niveles de oxígeno próximos a los que se encuentran en la montaña y después a niveles muy elevados (inferiores al nivel del mar). Así, muchos investigadores intentan ver los efectos en las células, en la patología, etc. Los primeros resultados son lo suficientemente interesantes como para que los científicos trabajen en protocolos para otras enfermedades como los problemas cognitivos o la neurodegeneración.
Duración: 10min50
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Imagen: Freepik
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