La virilidad es una construcción social. Cualquiera que se haya interesado por el tema sabe que, a lo largo de la historia de la humanidad, la definición de hombría ha ido cambiando constantemente, con algunas excepciones. Hoy en día, cuando se plantea la cuestión del género y también de la masculinidad, la youtuber especializada en historia Manon Bril analiza el fenómeno desde la antigüedad. Paseando por Nueva York, cuenta la historia de la virilidad.
De hecho, la virilidad siempre ha sido un medio de emanciparse de lo femenino. Por ello, a menudo se asocia con la guerra. Sin embargo, cada época tiene su propia visión de las cosas. En la Antigüedad se preferían los penes pequeños, ya que mostraban la altura de la humanidad. Hasta los tiempos modernos, las partes privadas, incluidos los testículos, no debían ser desproporcionadas. Los africanos, durante la colonización, son vistos como animales por el tamaño del aparato reproductor de algunos. Fenómenos que ahora están penalizados se consideraban el epítome de la virilidad.
En la antigua Grecia, todos los niños debían ser erógenos de un erast (varón adulto) cuya semilla debía aportarle la masculinidad... Y si en tiempos de Luis XIV las pelucas y el maquillaje eran patrimonio de los caballeros, con la Revolución Francesa se ridiculizaron por asociarse a la realeza "libertina".
Desde el antiguo Egipto hasta nuestros días, la cuestión de la procreación y la erección parece fundamental. Grandes filósofos como Aristóteles restaron importancia al papel de la mujer en el parto, que no sería fruto suyo sino del esperma del padre.
Tener muchas conquistas también está muy bien considerado. El poeta Maupassant, por ejemplo, se jactaba en una carta a un amigo de haber cogido la viruela. Además, esta prescripción tenía un precio, ya que entre los siglos XVI y XVIII existían tribunales de erección en los que se podían anular los matrimonios si el hombre incumplía su deber conyugal.
Al final, como señala, la virilidad sigue siendo ante todo una construcción que varía con los tiempos, los acontecimientos y las necesidades sociales. Hoy, los hombres tienen la oportunidad de cuestionar estos mandatos.
La blockchain ha dado lugar a diversas creaciones, entre ellas una de las más populares en 2021: el NFT o token no fungible. Esta certificación permite la venta de artículos únicos certificados. En consecuencia, muchos creen en la implantación de los títulos de NFT. Pero, ¿debemos confiar en una tecnología contaminante que muestra muchas limitaciones en 2022?