El espacio es un bien común. Suena extraño, pero hay que recordar que ya en la década de 1960, las Naciones Unidas abordaron la cuestión y decretaron que cualquier recurso que se encontrara en el cosmos debía ser para beneficio de todos y no pertenecer a nadie. El problema es que es difícil regular este entorno.
De momento, no estamos en condiciones de explotar un asteroide. Sin embargo, el derecho internacional es muy poco claro sobre las posibilidades de extraer recursos en otros lugares, entre otras cosas. Sobre todo porque con las "nuevas tecnologías espaciales" que han creado multimillonarios como Elon Musk o Jeff Bezos, cada vez es más barato explorar el espacio.
Por no hablar de que no todos los países parten de la misma base en esta "fiebre espacial". Estados Unidos y China están bien situados, pero Europa y otros continentes van a la zaga. Como en la conquista de Occidente, por desgracia parece que volvemos a ver lo mismo: los primeros en llegar serán los primeros en ser atendidos. La ley y el orden vendrán después, por desgracia.
La alimentación es una preocupación diaria. Una serie de 6 juegos propuestos por el museo Alimentarium nos recuerda la importancia de una dieta equilibrada, de conocer los órganos del aparato digestivo para comprender mejor la digestión de los alimentos y otros temas relacionados con la alimentación. Esta iniciativa es tanto más interesante cuanto que no hay muchos juegos serios relacionados con la alimentación.
Muchas personas afirman que sólo hay dos géneros biológicos: femenino y masculino. Sin embargo, los científicos saben que esto no es cierto. Casi el 2% de los humanos nacen intersexuales. Una situación que provoca mucha incomprensión y discriminación en la vida cotidiana.
Hoy en día, los aguacates están en todas partes. Se come en restaurantes de moda, se recomienda porque es bueno para la salud. Y es tan bueno que incluso se utiliza en los cosméticos. En resumen: en los últimos años, el consumo de aguacates se ha disparado. Las importaciones mundiales de esta fruta verde se han triplicado desde 2003.
Desde el principio de los tiempos, el rayo ha infundido miedo en el corazón de los hombres. Siempre han soñado con controlarla. Los científicos europeos lo han conseguido, en parte. Gracias a la tecnología láser, lograron desviar los rayos en 2021.
Las imágenes en torno a la violación aparecen con víctimas sometidas que luchan, intentan gritar y huir de su agresor. En realidad, sin embargo, muy pocos se comportan exactamente así. Muy a menudo, por el contrario, permanecen paralizados y a veces viven el acontecimiento casi desde fuera. Un mecanismo psicológico para proteger a la persona de la muerte.