El guión del curso está escrito y bien probado. El formador está satisfecho con ella porque contiene una cierta cantidad de animación, discusión y puede absorber imprevistos sin dejar de estar orientada a objetivos pedagógicos bien definidos. La reacción de los alumnos puede influir, pero el formador sabe que no se desviará de sus objetivos porque la certificación depende de ello. Pero duda de que este escenario se mantenga durante mucho tiempo; se están produciendo demasiados cambios.
Más diversidad, más complejidad, más velocidad... la suma de lo que tenemos que aprender aumenta más rápido que nuestras capacidades individuales para asimilarlo; el trabajo en equipo y su coordinación se hacen absolutamente necesarios y el guion debe tenerlo en cuenta. Los escenarios fijos diseñados para una masa indiferenciada son cada vez menos relevantes. Cada alumno es diferente y, aunque algunos temas básicos permanecen relativamente invariables, el uso que se hace de ellos varía de un contexto a otro y evoluciona constantemente, con demasiada rapidez como para no involucrar a los alumnos.
La comprensión, así como la validez de una enseñanza, se mide por la aplicación y esto concierne a los que la aplicarán. Esto lleva a la co-elaboración de escenarios de enseñanza porque las necesidades que la enseñanza debe satisfacer son las de los estudiantes. Con su colaboración se construirán inevitablemente mejores escenarios.
Algunas prácticas de enseñanza florecen mientras otras desaparecen. Por ejemplo, con los motores de búsqueda, ¿por qué aprender de memoria? Con la asistencia en línea, ¿por qué persistir estérilmente en un problema? Con las repeticiones de vídeo, la clase invertida es posible. Aprender con el apoyo de una tableta elimina la lentitud de la retroalimentación. La realidad virtual y la inteligencia artificial también están llegando... Incluso los métodos analógicos han evolucionado con un material atractivo y extraordinariamente eficaz.
Pero no todo es bueno; otras realidades están saliendo a la luz; las noticias falsas y el engaño están perturbando nuestra confianza en el conocimiento; el pensamiento crítico se está convirtiendo en una prioridad. Afortunadamente, se desarrolla con la experiencia, y el estudio y la práctica son las mejores formas de adquirirla.
Por otro lado, los estudiantes sedentarios, siempre entre cuatro paredes y conectados casi todo el tiempo desarrollan su cuota de problemas de salud e incluso de visión. Esto es algo que el profesor ve regularmente. Los guiones pedagógicos no suelen tener en cuenta el hecho de que podemos aprender fuera o en movimiento, en condiciones cambiantes. A menudo trabajamos en movimiento, ¿por qué no experimentarlo también en la enseñanza?
En definitiva, el formador sabe que puede hacer evolucionar las prácticas educativas hacia una mayor implicación; el guión pedagógico le ofrece la oportunidad de transformar las prácticas en la base, para mayor beneficio de sus alumnos.
Denys Lamontagne - [email protected]
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