La suma de experiencias y métodos probados son la base de los programas de formación. Si se siguen, es probable que se consiga el resultado esperado. Si además el programa responde a una necesidad real, su éxito está casi garantizado. Se ataca a los programas en los que se introducen demasiadas innovaciones sin que se demuestre su pertinencia o que no corresponden a ninguna necesidad real entre los destinatarios.
A veces hay una distancia considerable entre los principios fundamentales y la realidad sobre el terreno, por varias razones, como el tiempo que lleva desarrollar un programa y la velocidad de los cambios sociales, técnicos o culturales. Estos cambios exigen un aprendizaje y unas actitudes tan nuevas que no hay nada probado que ofrecer. Un buen programa también deja espacio para las novedades y los cuestionamientos.
Nos gusta especialmente cuando se indica claramente lo que deberíamos ser capaces de hacer cuando terminemos la formación. ¿No sería entonces el programa un dispositivo técnico y, al final, lo que se obtiene es una habilidad, independientemente del programa para llegar a ella? Puede haber 5 escuelas, 5 programas, pero una sola habilidad, como saber programar en Java, saber tocar el violín, saber argumentar o producir una contabilidad rigurosa.
Los profesores del sector se aseguran de que cada uno aprenda lo mejor posible lo que le será útil en su entorno o para alcanzar sus objetivos, por lo que a veces se toman libertades con "el plan de estudios". Los enfoques adaptados al entorno y a los alumnos merecen algunos rodeos.
En esta nueva temporada, el equipo de Thot Cursus está muy contento de volver a estar con vosotros, como atestigua la calidad de este dossier, al que se han unido nuevos colaboradores. Además, Thot Cursus está ahora disponible en 4 idiomas: francés, inglés, español y portugués, con la idea de difundir la cultura francófona en todos los continentes. Este es nuestro programa.
Denys Lamontagne - [email protected]
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